lunes, 9 de septiembre de 2013

Corazón Comanche, de Catherine Anderson

Hola, hola! Cómo estáis? Yo deseando que el verano acabe por fin y empiece el fresquete, que ya hay ganas. La reseña que traigo hoy es la segunda parte de una obra que leí el verano pasado, Corazón Comanche. Me sorprendió tan gratamente y me gustó tanto que me hice con la segunda parte (Ay, esos códigos de 10 euros de los mentos, qué bien vinieron...) y me decidí a leerla ahora por hacer más o menos un año de la primera. Ahí va:


Título: Corazón Comanche
Título original: Comanche Heart
Autora: Catherine Anderson
Editorial: Terciopelo
Páginas: 397
Precio: 18€ (normal), 7,95€ (bolsillo)
Edición: Tapa blanda con sobrecubiertas. Papel de calidad media. Fresado.

Sinopsis (propia) sin spoilers: Amy, la dulce niña a la que conocimos en Luna Comanche, es ahora una atractiva y joven mujer. Han pasado muchos años desde los acontecimientos vividos en el anterior libro, que la dejaron profundamente marcada. Se ha establecido, trabaja como maestra y vive sola, aunque Loretta y Cazador son sus vecinos. La terrible experiencia vivida con los comancheros hace que tenga pesadillas todas las noches, y no desee ver un hombre ni en pintura. Antípole Veloz, el comanche al que se prometió siendo niña, ahora es Veloz López, un comanchero, un asesino, al que Amy no ha vuelto a ver desde hace años. Por su parte, él la cree muerta. Pero cuando Veloz llega al pueblo para visitar a Cazador y se reencuentra con Amy... 

Sigo agradeciendo el buen gusto del que colocó la portada española. Me ponen esta y hubiera huido de este libro como de la peste!

Comentarios: Luna Comanche me sorprendió tan gratamente, y me gustó tanto, que cuando me enteré de que a saga eran nada más y nada menos que cuatro libros, investigué un poco. El personaje de Amy me había gustado tanto o más que el de Loretta, y la tragedia que vive la pobre muchacha... en fin. Pues siendo Amy la protagonista de este segundo libro, me alegré mucho. Sin embargo, la Amy que vimos en Luna Comanche ha cambiado. No solo por lo que le pasó con los comancheros, ya que volvió a ser la niña alegre y vital que conocimos. En este libro, le han pasado muchas más cosas (y ninguna buena) lo que ha hecho de ella una mujer que no desea comprometerse, ni casarse, y mucho menos que un hombre la toque. Al principio nos parecerá una mujer cabezona (que lo es), pero luego veremos que tras esa cabezonería se esconde una necesidad de ser autosuficiente, de no depender jamás de ningún hombre. Ella cree que se basta y se sobra para vivir su vida, con su trabajo gana lo suficiente para mantenerse y quiere que las cosas sigan así. La autora nos presenta, además, a una mujer del pueblo a la que su marido maltrata, y que no puede huir ni hacer nada ya que por ley le pertenece a su marido, al casarse perdió todo lo que tenía, incluyendo su independencia y su libertad. Las leyes en esa época no protegían en absoluto a las mujeres, quienes estaban del todo indefensas. Ese uno de los miedos de Amy: ¿Y si se casa y luego no sale como esperaba? Por no hablar de que ahora Veloz no es el chaval jovial al que se comprometió de niña. Ahora es uno de los hombres más buscados, ha matado a más de cien personas y va huyendo de un estado a otro. Es un comanchero, representa la viva imagen de las pesadillas de Amy. 


Y si Amy es cabezona, Veloz no se queda atrás. Los compromisos comanches no se pueden romper así como así. Veloz creyó muerta a Amy, creyó haberla perdido para siempre y ahora que la vida se la ha devuelto, no va a dejarla escapar por muy farruca que ella se ponga. En principio se agarrará al compromiso irrompible para obligar a Amy a "soportarle", pero a medida que las páginas pasan, veremos que el chico del que Amy se enamoró siendo niña ahora es un hombre que la adora y que desea ayudarla a superar todos sus miedos. A Amy le costará ver eso, al igual que a Veloz le costará romper la coraza que la propia Amy se ha puesto para protegerse. 
Además, en este libro veremos (y mucho) a Loretta y a Cazador, ambos tendrán un papel importante en la historia. Y conoceremos a sus dos hijos: Indigo Blue y Chase. La joven Indigo va a tener un pequeño pero no poco importante papel en la historia. Y la autora aprovecha para enseñarnos el racismo que había en esa época, incluso en un pueblo fundado para que blancos y pieles rojas convivan en paz y armonía.

Este libro me ha gustado, pero si soy sincera, me gustó más el primero, Luna Comanche. Aun así, lo recomiendo, y mucho, para quienes gusten de una buena historia de amor, con personajes que no solo pasan por la cama sino que sienten, sufren, con una historia cruel de esas que te llegan al corazón. Es más que una historia de amor, es una historia de superar los miedos, de pasar página, de mirar hacia adelante.

Nota final: 8/10

Próxima reseña: Iron Daughter, de Julie Kagawa


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